Hoy os voy a enseñar Toledo, pero no de la forma que os imagináis. Vamos a conocer su río, el Tajo, con toda su biodiversidad y los distintos usos que se le han dado a lo largo de la historia.
Comenzaremos nuestro paseo en el parking gratuito que hay cerca del campus de la UCLM en la antigua fábrica de armas, desde ahí iremos caminando siguiendo el curso del Tajo. Es un camino muy sencillo y bien delimitado pero llevad calzado cómodo para evitar problemas. Se puede hacer el recorrido completo o podéis hacer etapas más cortas, la ruta es accesible desde varios puntos de la ciudad.

Al comenzar nuestro camino iremos viendo vegetación de bosque de ribera. Algunos de los árboles están colonizados por hongos, dándonos imágenes muy curiosas. Esta parte del camino es más salvaje porque está más alejada de la ciudad.

Al avanzar nos encontraremos uno de los edificios de la Central Hidráulica del Ángel, que abastecía de electricidad a la fábrica de Armas. Sus ruinas se ven entre la maleza con un aspecto tétrico.

Si continuamos podremos ver las compuertas de la presa y sus mecanismos.


Si miramos hacia el otro lado del río veremos el otro edificio de la central hidráulica. Se puede acceder a él atravesando la pasarela colgante de Polvorines que encontraremos más adelante. Pese a estar en estado de ruina y lleno de pintadas, aún se ven algunos azulejos que nos muestran que estuvo ricamente decorado. Da pena verlo así.

Desde esta construcción podemos apreciar una magnífica vista de la ciudad de Toledo con la pasarela colgante de Polvorines delante.

Algo que nos llamará la atención en el río son unos resaltos o presas que cruzan el río, se llaman azudes. Los azudes provocan desniveles en el agua para facilitar el movimiento de las ruedas de los molinos. Originariamente estaban fabricados con una estructura de madera y piedra recubierta por losas, actualmente se encuentran recubiertos de hormigón para reforzar su estructura.

Continuaremos caminando por el sendero hasta llegar a la antigua Fábrica de Armas, hoy convertida en el campus de la Universidad de Castilla la Mancha en Toledo. Este complejo industrial estuvo en funcionamiento durante doscientos años y es uno de los conjuntos mejor conservados de la arquitectura industrial española. El edificio principal fue diseñado por Francesco Sabatini, casi todo el conjunto está realizado en estilo neomudéjar. Comenzó siendo una fábrica de espadas en 1780 y acabó realizando cartuchos y armas de fuego. Cesó su actividad en 1996 y años después se cedió a la UCLM. Sus edificios son uno de los atractivos de este paseo por su arquitectura y por la atmósfera steampunk que les rodea.


Uno de los edificios nos llamará la atención, la Torre del agua. Se empleaba como depósito de agua para producir electricidad. Es un edificio muy bello de ladrillo con unas escaleras metálicas a un lado, hoy alberga una obra de arte de Cristina Iglesias. He intentado visitarlo pero no lo he encontrado abierto.

Pero no todo va a ser arquitectura y obras de ingeniería en nuestro paseo, si miramos el río Tajo encontraremos una enorme biodiversidad: garzas, cormoranes, gaviotas, fochas y patos son habitantes muy fáciles de ver en el agua.




En las chimeneas de la fábrica de armas podemos ver cigüeñas con sus enormes nidos, en los árboles del paseo veremos herrerillos, petirrojos, gorriones, martinetes, carboneros y muchas más especies. En esta senda ecológica se han llegado a censar más de 70 especies diferentes de aves. Es tan rica en aves debido a que es la continuación natural de la ZEPA de los Carrizales y Sotos de Aranjuez. Esta es una de las muchas razones por las que debemos cuidar el Tajo, si no lo hacemos perderemos toda esta biodiversidad. Por favor no tiréis basura, no molestéis a los animales y cuidad este entorno.

Continuando por el sendero rodearemos el molino de Azumel. Este molino está construído sobre una aceña de la época musulmana, en el siglo XIX fue convertido en central hidráulica. Mientras fue usado como molino fue de uno de los más rentables de la ciudad de Toledo por su productividad, tenía 5 piedras de moler. Fue propiedad de la iglesia hasta la mitad del siglo XIX, pasando después a pertenecer a la fábrica de armas. Su acceso está cerrado porque su estructura está en un estado muy delicado.


Continuaremos nuestro paseo entre el bosque de ribera mientras escuchamos el canto de las aves. Al llegar a las zonas más altas la vegetación cambiará por otra propia de zonas cálidas y secas, como son sedums y matorrales.

No debemos olvidar los insectos de la zona, en la ribera de los ríos encontraremos libélulas y otros insectos propios de estos ecosistemas. Merece la pena estar atentos.

Otra cosa que nos acompañará en nuestro trayecto serán los numerosos molinos que hubo en Toledo, aunque están en desuso y muchos en ruinas nos dan una idea de lo importante que era el Tajo para la vida en Toledo. Muchos fueron restaurados y convertidos en centrales hidráulicas para abastecer de electricidad a la ciudad. Un río no sólo da agua y alimento a una población, su fuerza proporciona energía que hace la vida más fácil al ser humano.


Casi al final de nuestra ruta encontraremos otra muestra del uso del agua por parte del hombre: los restos de un acueducto romano. Los romanos usaban los acueductos para transportar agua hacia las ciudades, en este caso traían el agua desde la presa de Alcantarilla (situada en el municipio de Mazarambroz) a unos 23 km de Toledo. Lo único que queda de este acueducto son sus estribos de mortero.

Nuestro paseo acaba en el puente de Alcántara, de gran belleza. Se construyó en la época romana pero debido a daños tuvo que ser reconstruido en el siglo X. Bajo el reinado de Alfonso X se volvió a reconstruir. En 1921 fue declarado monumento nacional. Desde aquí podemos subir, a descansar o a seguir paseando, al centro de Toledo.
Espero que os haya gustado esta ruta, en ella he querido resaltar la importancia del río como fuente de vida y energía. Mi intención era mostraros una parte poco conocida de esta bella ciudad, centrándome en su biodiversidad y en la ingeniería creada alrededor del Tajo. Os espero en futuras escapadas.
Una ruta muy interesante, he aprendido bastante, pero te has dejado por comentar el «Ingenio de Juanelo» que me parece muy importante a nivel de ingeniería.
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Gracias, la verdad es que se me olvidó por completo y no me di cuenta
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