Un vestigio de cuando el clima de nuestra península era frío y húmedo: el Hayedo de la Tejera Negra

Os invito a pasear y descubrir un bosque relicto, un remanente de cuando el clima de la península ibérica era más frío y húmedo de lo que es actualmente. El recuerdo de otra época en la que los bosques de hayas eran habituales en una zona en la que hoy impera el bosque mediterráneo. Un lugar que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2017.

Podemos ver distintos tipos de árboles en el bosque, desde Hayas en las zonas más húmedas hasta Robles en las zonas secas y soleadas
Vista del hayedo desde la Senda de Carretas

Para acceder al hayedo nos desplazaremos a la localidad de Cantalojas en el norte de Guadalajara. Se encuentra muy cerca de los pueblos de la Arquitectura Negra, pueblos muy pintorescos cuyas viviendas se han construido con pizarra, merece la pena visitarlos. Os pongo el mapa a continuación, debéis dirigiros al centro de interpretación que se encuentra siguiendo la carretera GU-146.

Antes de ir debemos planificar nuestra visita, su época más vistosa es en otoño por sus colores rojizos, pero creo que merece la pena visitarlo también en verano y primavera. Un bosque cambia durante el año y es interesante ver cómo lo hace. En invierno no es recomendable visitarlo porque la zona es muy fría y puede que nos encontremos los caminos cerrados por nieve. Si vamos en otoño debemos reservar plaza en el parking, haremos una reserva por cada vehículo que llevemos en el siguiente enlace: https://hayedotejeranegra.castillalamancha.es/ventaenlinea/indexHTN.html

Existe la posibilidad de hacer una visita guiada al hayedo. Esta opción es muy recomendable porque haremos la Senda de Carretas (6 kilómetros) con la guía del parque, que nos dará información muy detallada e interesante sobre el hayedo, su flora, fauna y geología. Podemos reservar esta visita llamando al teléfono 630 36 79 90. Nosotros hicimos la visita guiada y nos encantó. Si preferís ir por vuestra cuenta tenéis 3 rutas distintas para hacer:

Mapa con las diferentes rutas que se pueden realizar en el Hayedo de la Tejera Negra
Mapa de las rutas del Hayedo de la Tejera Negra, lo podéis encontrar en https://hayedotejeranegra.castillalamancha.es/ventaenlinea/javax.faces.resource/vel/images/HTNegra/mapahay.jpg.xhtml

Ahora que conocéis las diferentes rutas para hacer vamos a centrarnos en las cosas interesantes que encontraremos, que no son pocas.

Vista del bosque desde lo alto del monte, se ven los distintos colores de los robles, pinos y hayas, es precioso y transmite paz
Vista del hayedo desde lo alto de la subida de La Carbonera, podemos ver los distintos colores de los robles, pinos y hayas

La geología de la zona se compone sobre todo de pizarras, oscuras y laminadas, entre las que encontraremos piedras blanquecinas, las cuarcitas. Estamos ante unas montañas originadas a final del Paleozóico, hace unos 380 millones de años, cuando Gondwana y Euramérica colisionaron. Ahora las vemos redondeadas debido a que son muy antiguas y han estado sometidas a la erosión millones de años pero cuando surgieron eran mucho más altas y picudas.

Vemos en primer plano una piedra cuarcita, blanca, que destaca entre las pizarras oscuras, grises. Las pizarras están redondeadas por la erosión producida por el río.
Una cuarcita destaca con su color blanco entre las pizarras oscuras

Si hacemos la Senda de Carretas en verano veremos que el río desaparece en algunos puntos dando lugar a caminos de pizarra, realmente el río está ahí pero transcurre bajo tierra. En primavera, con el aumento de las lluvias, el nivel freático aumenta y el cauce del río se hace visible en esas zonas.

Vemos un camino de pizarra pero debajo transcurre un río, si lo seguimos veremos zonas con pozas llenas de agua.
El río Lillas transcurre bajo tierra dejando un camino de pizarra en la superficie

En cuanto a la flora, en la ribera del río encontraremos una zona de pradera donde abundan gramíneas como el cervuno, que sirve como pasto para la ganadería de la zona y para los corzos que habitan en el monte. También encontraremos leguminosas como el trébol y la retama, arbustos como enebros y brezos. Al alejarnos del río veremos gayubas formando una alfombra en el suelo que en otoño se llenará de sus semillas en forma de bolitas rojas, también encontraremos jaras que nos deleitarán con su olor en verano.

Podemos ver el río, con su pradera al fondo y cómo aumentan los matorrales y arbustos según nos alejamos de él.
Aquí podemos ver las distintas especies vegetales que conforman el paisaje

Al pie de la montaña encontraremos pinos silvestres, altos y espigados, que se plantaron allí debido a una repoblación forestal que se realizó en los años 50, hoy en día se están talando algunos de estos pinos en pequeñas áreas y plantando especies autóctonas. Esta labor se hace poco a poco de una forma controlada debido a que las especies que se reintroducen tienen un crecimiento muy lento y no se puede dejar el suelo desprotegido.

Una carbonera eran troncos de madera de roble y haya que se apilaban dejando un agujero en el centro, se cubrían de tierra y se prendía un fuego en el agujero central. Ese hueco se tapaba dando lugar a combustiones muy lentas que producían carbón
Reconstrucción de una vieja carbonera. Una carbonera eran troncos de madera de roble y haya que se apilaban dejando un agujero en el centro, se cubrían de tierra y se prendía un fuego en el agujero central. Ese hueco se tapaba dando lugar a combustiones muy lentas que producían carbón

Según avanzamos en nuestro paseo veremos cómo las zonas más soleadas y secas de la montaña son ocupadas por roble melojo, mientras que las zonas frescas de humbría son el hogar de las hayas. La superficie total del hayedo es de unas 400 hectáreas, estas hayas son jóvenes y vemos que crecen formando agrupaciones, ésto se debe a que son los vástagos de las hayas originales que se talaron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX para hacer carbón y aprovechar su madera. Pero ¿Qué hacen estas hayas aquí si nuestro clima es cálido y seco? Después de las glaciaciones el clima era húmedo y frío, su clima ideal, por ello eran un árbol muy presente en nuestra península. Este hayedo es un remanente de esos bosques antiguos que fueron desapareciendo conforme el clima iba cambiando.

Vemos las ramas de un haya con sus hayucos, son semillas redondas con una cubierta de pinchos que las protege
Ramas de haya con sus hayucos, las semillas.

Pero la zona sombría del monte no sólo está habitada por hayas, también podemos álamos temblones y ejemplares del árbol que da nombre a la región: el tejo. El tejo es un árbol de crecimiento muy lento y muy longevo (pueden alcanzar hasta 5 000 años). Todo él es venenoso a excepción del arilo del fruto, de este modo puede haber animales que coman su fruto y extiendan sus semillas por el entorno.

Un tejo aparece entre las hayas, destaca lo oscuro de sus ramas, es un árbol precioso
Un tejo milenario se ve entre las hayas

En cuanto a la fauna que habita este paraje, podemos encontrar una amplia diversidad. Entre los reptiles se destaca el lagarto verdinegro, en la zona del río se pueden encontrar tritones jaspeados y salamandras comunes. Pero una de las cosas que hacen imprescindible la visita del hayedo en primavera y otoño es que es zona de paso de aves migratorias como alimoches, halcones abejeros, cucos, chotacabras y zorzales comunes. También encontraremos petirrojos, lavanderas y chochines junto al río, mientras que las perdices abundan entre los matorrales. Si miramos hacia las montañas se puede ver algún águila volando. En el bosque hay buhos, pues es fácil encontrar sus egagrópilas, pero también arrendajos, mitos, carboneros, herrerillos, reyezuelos, picos picapinos, trepadores azules y escribanos hortelanos. Además de aves también hay zorros, jabalíes, ardillas, lirones catetos, ginetas, gatos monteses, garduñas, murciélagos y corzos habitando el bosque. En algunas zonas del río hay nutrias. Como véis hay una gran biodiversidad, si vamos en silencio y somos cuidadosos tendremos más posibilidades de verlos.

Hongo yesquero, es un hongo que crece en la corteza de los árboles, tiene forma de casco de caballo y se usaba para encender fuegos
Hongo de yesca

En cuanto a hongos, debido a la humedad de la zona, ésta es muy rica en setas como el boletus pero su recogida está prohibida. No olvidemos que estamos en un parque natural, no debemos coger nada. También podemos encontrar yesqueros en las cortezas de los árboles.

Espero que os haya gustado este paseo por este bosque de Guadalajara de gran belleza que nos recuerda cómo era la península ibérica en otra época. Si es así no dudéis en compartir esta entrada para que más gente descubra este lugar. Quiero agradecer a Mila, la guía del parque, sus explicaciones, fue una maravilla descubrir el hayedo con ella.

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