Muchos de vosotros conocéis Toledo, una ciudad de gran belleza en Castilla la Mancha rodeada por las aguas del Tajo, pero ¿sabíais que pegado a ella hay un yacimiento con restos de un antiguo poblado de la Edad del Bronce? Está situado en una de las zonas con las mejores vistas a la ciudad y suele pasar desapercibido pese a haber sido declarado Monumento Nacional en 1981 y Bien de Interés Cultural en 1992.

Para acercarnos a este lugar debemos dirigirnos hacia la Ermita del Valle, al llegar seguiremos avanzando cuesta abajo hasta encontrar un camino que sale a nuestra izquierda, que tomaremos para acceder al cerro. Aunque estemos en una ciudad llevad calzado cómodo porque nos vamos a mover por caminos de piedra y zonas de tierra. Si lleváis niños pequeños mantenedles cerca y no os salgais de los límites del yacimiento, estamos en un cerro muy escarpado con una zona de barranco peligrosa. Os muestro su ubicación:

Al acercarnos al cerro algo nos sorprende: está completamente pelado, sin árboles, contrastando con los cerros que le rodean. Eso nos indica que ahí hubo construcciones, esa zona ha sido modificada por el hombre a lo largo de los años. Al acercarnos más vamos obteniendo más información. Vemos que justo antes de subir al cerro la ladera ha sido asegurada por rocas, para convertir esa torrentera que baja al Tajo en un foso y evitar que la gente subiera. Según vamos ascendiendo encontramos pequeños muros de piedra que muestran que hubo aterrazamientos para allanar el terreno, incluso en la tierra que pisamos encontramos restos de cerámica oscura ¿Quién hizo esto?

Para responder a esta pregunta se han hecho varias excavaciones arqueológicas desde 1905. En los años 90 Alvaro Reguera y Sieso Pereira expusieron, en el I Congreso de Arqueología de la Provincia de Toledo, los resultados de una serie de excavaciones realizadas en los años 80, en las que determinaron que este cerro tuvo una larga ocupación durante la Edad del Bronce temprana. En esa época se documentaron cabañas de planta circular y oval, con zócalos de piedra sobre los que se situaban muros y tejados de ramaje. Estas cabañas se situaban en un terreno modificado mediante aterrazamientos que se sujetaron mediante muros de mampostería. Estamos hablando de una ocupación que se cree que comenzó aproximadamente en el año 2492 a. C., tenemos mucha historia bajo esa capa de sedimento que pisamos.
Los objetos de la edad del Bronce hallados en estas excavaciones se encuentran en el Museo de Santa Cruz de Toledo, podéis conocer más sobre ellos en la siguiente publicación de la Universidad Autónoma de Madrid: https://repositorio.uam.es/handle/10486/851.
Sé que al llegar al cerro se aprecian los aterrazamientos pero poco más, la falta de más excavaciones y, sobretodo, la falta de carteles explicativos que muestren cómo era, hacen complicado visualizar el Cerro en la Edad del Bronce. Por ello he realizado un videojuego en el cual podéis pasear por el poblado del Cerro del bú, descubrir cómo vivían sus habitantes y cómo ha cambiado el terreno que hoy visitamos. No necesitáis instalar nada, sólo visitar el enlace desde un ordenador (necesitaréis un teclado y un ratón para moveros por el entorno). Podéis acceder aquí: https://simmer.io/@SaraRC/cerro-del-bu . La realización de este juego ha sido posible gracias a la multitud de objetos de la Edad del Bronce digitalizados por Global Digital Heritage, también gracias a las explicaciones de Cota 667.

Subiendo por la ladera a la zona superior del cerro se encuentra parte del zócalo de piedra de una cabaña ovalada, se han hallado más y objetos que nos cuentan cómo se vivía en esa época. Sabemos que eran ganaderos, tenían cabras y ovejas, que molían las bellotas de las encinas cercanas para hacer harina con la que se alimentaban, que practicaban la caza y que eran buenos alfareros. Esto último se aprecia si miramos al suelo, encontraremos restos de cerámica: los más oscuros corresponden a la época más antigua, en la que se enterraban los objetos y se horneaban sin que pudiera entrar el oxígeno. Por favor, aunque los veáis ahí tirados, no os llevéis ningún resto pueden dar mucha información a futuras excavaciones. Debemos conservar el yacimiento.

Otra duda que nos surge en la visita es ¿por qué se instalaron aquí? Es un lugar que está apartado de la zona de agricultura, aunque está cerca del río hay un acceso complicado… ¿En qué estaban pensando? Muy sencillo, en su seguridad: el cerro les proporciona un lugar elevado desde el que controlan toda la zona sin ser vistos, además su acceso es complicado para posibles atacantes. Esto nos lleva a pensar que fue una época en la que había conflictos. Podéis conocer mucho más sobre la Edad del Bronce en la zona Aquí: https://www.academia.edu/7294772/APROXIMACI%C3%93N_AL_CONOCIMIENTO_DE_LA_EDAD_DEL_BRONCE_EN_LA_CUENCA_MEDIA_DE_TAJO_EL_CERRO_DEL_BU_TOLEDO_.
Pero el Cerro del Bú no es sólamente un yacimiento de la Edad del Bronce, hay mucho más: se han documentado dos asentamientos musulmanes de la época Andalusí. Esta ocupación islámica, que se dio en torno al 930 d. C., queda patente en los restos de murallas que encontramos al subir al cerro y en los restos de la edificación de la parte superior. Estas construcciones medievales afectaron a las edificaciones de la Edad del Bronce, tapándolas total o parcialmente, pero también tienen un gran valor histórico.

De nuevo nos surge la pregunta ¿por qué se instalaron aquí? La misma pregunta se hicieron los arqueólogos al encontrar estos restos. Una de las personas que los estudiaron fue Sergio Martinez Lillo, quien propuso que estas construcciones correspondían a un fortín de asedio a la ciudad de Toledo, construído durante la sublevación contra el califato de Abderramán III (año 931 d. C.). Si nos fijamos bien, tiene mucho sentido porque desde aquí se controla muy bien la ciudad, el río y las zonas de cultivo que la abastecían.
La construcción de este fortín tiene una estructura que nos resulta muy familiar: un zócalo de piedra sobre el que se colocaban muros de material más humilde como es el adobe. Este muro de adobe se encalaba y se cubría con cerámica molida para hacerlo impermeable, dándole una tonalidad rojiza muy característica que aún podemos apreciar si nos fijamos bien en los restos de muro. En la restauración que se hizo en 2014 se hizo una pequeña reconstrucción para hacernos más sencillo imaginar como era.

Si bien esta construcción es la que se impone en el cerro, encontramos una cata abierta en la cara sur que también se corresponde con la época Andalusí pero sobre la que se conoce muy poco. Ojalá se reanuden los trabajos de investigación en este lugar porque tiene mucha más historia que contarnos. Además bajo nuestros pies están los restos de las antiguas excavaciones protegidos y tapados tras la intervención de 2014, para que si algún día vuelven los investigadores puedan continuar la labor donde la dejaron sus predecesores. Si queréis conocer más sobre las actividades de consolidación y restauración que se realizaron en 2014, tenéis toda la información en este documento: https://www.academia.edu/42677559/Monogr%C3%A1ficos_del_Consorcio_Cerro_del_B%C3%BA_Cap_1_Una_primera_aproximaci%C3%B3n_al_yacimiento_del_Cerro_del_B%C3%BA
Sería una maravilla además, que todo lo encontrado aquí se expusiera como debe en el museo de Santa Cruz. Creo que ese museo está desaprovechado, porque podría ser un gran museo arqueológico en el que se pudieran ver y consultar todas las piezas que actualmente están en su almacén. Sería de enorme interés cultural y científico. Además es una pena que este lugar no goce de buenos paneles explicativos ni se difunda su valor, tenemos un tesoro arqueológico pegado a la ciudad que es muy poco conocido.

Espero que os haya gustado esta entrada y os anime a visitar uno de los lugares más curiosos de la ciudad de Toledo. Si es así os invito a compartirla para dar a conocer estos puntos de interés y ponerlos en valor. Os invito a subscribiros para recibir notificaciones cada vez que se sube una entrada nueva ¡Nos vemos en futuras escapadas!
2 comentarios sobre “Un yacimiento pegado a una bella ciudad: el Cerro del Bú”