Un paseo marítimo lleno de sorpresas

Sé que os sonará extraño que en este blog, que os tiene acostumbrados a visitar lugares poco habituales, se describa un paseo marítimo de un lugar turístico. Os prometo que éste lugar os va a sorprender porque nos habla de historia geológica y de los habitantes que hubo en el pasado.

El bello contraste entre la montaña arbolada y verde con la playa y sus oscuras rocas
Playa de Deba, al fondo la montaña verde y exuberante

Este curioso entorno se encuentra en la población de Deba, un municipio situado en el Geoparque de la Costa Vasca, al noroeste de la provincia de Guipúzcoa. Deba en sí es una población muy bella, con ese contraste entre la montaña arbolada y la playa que tanto nos gusta de la Costa Vasca. Una vez en Deba, nos dirigiremos hacia su playa.

Para hacer este recorrido vamos a necesitar tener en cuenta la marea, pues sólo podremos hacerlo con marea baja para poder caminar entre las zonas más interesantes. Si bien estaremos en una playa, es interesante llevar un calzado adecuado que no resbale y que nos permita caminar por la arena y zonas húmedas sin problema. No olvidéis la cámara de fotos con objetivos que os permitan hacer fotos a poca distancia y un teleobjetivo, os vendrá muy bien para uno de los puntos de interés finales. Otra recomendación es que os descarguéis el mapa de esta ruta con sus puntos marcados de la web del Geoparque, la tenéis aquí.

Desembocadura del Río Deba con sus rompeolas
Desembocadura del Río Deba

Comenzamos en el paseo marítimo de Deba, pegado al aparcamiento de la playa. Caminaremos por ese paseo de baldosas oscuras mirando al suelo ¿Por qué esta sugerencia tan extraña? Porque nos llamará la atención que cada baldosa de color negro posee unas curiosas estructuras blanquecinas, puede que este tipo de estructuras las hayamos observado antes en la piedra decorativa de algunos edificios y no hayamos reparado en ellas, tenemos bajo nuestros pies una enorme cantidad de fósiles marinos.

Podemos observar un bello fósil blanco en la baldosa negra, tiene forma de cono. Es un bivalvo
Fósiles de rudistas en las baldosas del paseo

Estos fósiles pertenecen al Cretácico Inferior, una época geológica que hubo hace unos 105 millones de años. En esta época la zona de origen de estas losas estuvo sumergida bajo un mar tropical, con zonas de arrecifes. Los arrecifes de esa época no eran como los actuales, llenos de corales de hermosas formas y colores, sino que estaban habitados por rudistas. Los rudistas son un grupo extinto de bivalvos cuyas valvas eran asimétricas: una de ellas tenía forma cónica, mientras que la otra tenía una forma plana y hacía las veces de tapa del cono. Para haceros una idea imaginad el cono de un helado pero, en lugar de la bola de helado, con una tapa para proteger al animal. La concha de estos seres era gruesa y tosca, por ese motivo se ven tan bien en la roca. Pero no sólo veremos rudistas, si nos fijamos bien podemos ver fósiles de caracolas y chondrodontas, unos bivalvos de gran tamaño, similares a las ostras que son los causantes de esas líneas alargadas y blancas.

Sección transversal de un bivalvo

El origen de estas piedras son las canteras de piedra ornamental de Markina, situadas cerca de la población de Marquina-Jeméin. Esto nos indica que la zona montañosa que tenemos tras la costa está formada por esa antigua zona de arrecifes del Cretácico.

Para acceder al siguiente punto interesante continuaremos el paseo marítimo hacia el este, bordeando la carretera hasta llegar a las últimas escaleras que bajan a la playa. Bajaremos las escaleras y caminaremos un poco hacia nuestra derecha para acercarnos a las rocas. Veremos que hay un cartel con el número 3 indicando que estamos en un punto de interés: el flysch negro con sus capas de diferentes rocas. Podremos diferenciar unas capas más oscuras, formadas por sedimentos marinos ricos en materia orgánica que se fueron depositando. A estas capas casi negras se les llama lutitas. Entre las lutitas encontramos unas capas claras y amarillentas que destacan, están formadas por arenisca y se deben a deslizamientos de arena proveniente de las zonas más someras. Se las denomina turbiditas. Entre lutitas y turbiditas podemos encontrar capas rojizas, debido a su riqueza en hierro, son las denominadas sideritas.

¿Os acordáis del helado Comtesa que estaba formado por capas de nata y láminas de chocolate entre medias? Pues el flysch negro es similar pero con los colores invertidos. Sí que os recomiendo que toquéis el flysch para apreciar esas capas y su tacto. Cambian mucho de unas a otras, las lutitas son más rasposas, mientras que las areniscas son más suaves
Lutitas, turbiditas y una fina capa de siderita en el flysch negro de Deba

Daremos media vuelta y caminaremos por la arena hacia las escaleras por las que hemos bajado y continuaremos caminando un poco más hasta ver en las rocas una placa blanca con el número 4. Nos daremos cuenta de que hemos dejado de ver esas capas ordenadas para encontrar un conglomerado caótico en el que las zonas claras y oscuras se entremezclan y aparecen rocas redondeadas rojizas. Este caos ha sido provocado por grandes desprendimientos causados por un movimiento en el fondo marino, se cree que lo causó un terremoto.

Esas capas tan lisas que has tocado antes ahora es un caos con formas y rocas redondeadas
Posibles efectos de un terremoto acontecido en la época de abertura del Golfo de Bizkaia

Continuaremos caminando por la playa de Deba, dejando el aparcamiento a nuestra izquierda, con destino a la escollera de la desembocadura del río Deba. Si hace calor podemos aprovechar para darnos un baño, también podemos fotografiar las rocas que hay dispersas por la playa y a los animales que las habitan: lapas, cangrejos, algas, balanos, poliquetos, quitones…

Dos rocas rojizas y redondeadas nos llaman la atención en una charca
Formaciones rocosas redondeadas, encontraremos muchas y de diversos tamaños

Al llegar a la escollera, caminaremos por ella fijándonos en los grandes bloques de piedra que la forman. Observamos que, al igual que el paseo están llenos de fósiles de rudistas y chondrodontas. Si bien el origen de estas rocas es diferente al de las losas del paseo, las rocas de la escollera provienen de la cantera de Lastur. Lastur es un barrio de Deba que se encuentra en la zona montañosa, en un valle de origen kárstico. Merece la pena visitarlo porque parece la típica aldea de cuento, rodeada de una vegetación exuberante.

Escultura al final de la escollera

Mirando fósiles y jugando a identificar qué es cada cosa llegaremos al final de la escollera. Ahí miraremos hacia el este y nos fijaremos en una casa que hay encima de un acantilado. Tomando la casa como referencia y bajando la vista observaremos el pliegue tumbado de la playa de Aitzandi. Este pliegue se formó hace unos 60 millones de años, fruto de la colisión de la península ibérica con la placa europea. Este choque fue levantando y deformando los sedimentos marinos durante 40 millones de años, dando lugar a las montañas del País Vasco y a la cordillera de los Pirineos. Si no veis bien el pliegue os podéis ayudar con el teleobjetivo de la cámara, merece la pena fotografiar esta formación.

Pliegue en forma de C muy visible gracias a las capas del Flysch

Con este bello pliegue finaliza nuestra ruta por las playas de Deba. Espero que os haya gustado esta entrada y me acompañéis en muchas más visitas a lugares curiosos.

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